En los últimos años, la inteligencia artificial (IA) ha pasado de ser una promesa tecnológica a convertirse en una herramienta estratégica para la transformación digital. El reciente informe elaborado por el Observatorio Nacional de Tecnología y Sociedad, “Indicadores de uso de inteligencia artificial en las empresas españolas”, refleja con claridad el punto en el que se encuentra España en esta transición. Con un 11,4% de empresas de 10 o más empleados utilizando tecnologías de IA en 2024, el crecimiento es sostenido, pero aún por debajo de la media europea (13,5%).
Uno de los motores de este auge ha sido la inteligencia artificial generativa, con ChatGPT como principal exponente. Herramientas como esta han democratizado el acceso a la IA y generado una oleada de interés en múltiples sectores, desde el marketing hasta la administración empresarial. No es casual que el 28,7% de las empresas que ya aplican IA lo hagan en estos dos ámbitos. La automatización de tareas, la personalización de ofertas o la toma de decisiones basada en datos están marcando el paso.
Las grandes empresas lideran esta adopción (44%), pero la penetración en microempresas sigue siendo baja (7%). La falta de conocimiento, la incertidumbre legal y las dudas sobre la protección de datos son algunas de las principales barreras identificadas. De hecho, el 78,9% de las empresas que no usan IA mencionan el desconocimiento como principal motivo.
A nivel territorial, Madrid, Cataluña, País Vasco y la Comunidad Valenciana encabezan la adopción de IA, superando la media nacional. También se observa un impulso significativo desde las administraciones públicas: la Estrategia de Inteligencia Artificial 2024, el lanzamiento de la iniciativa ALIA (infraestructura pública de recursos de IA en castellano y lenguas cooficiales) o la creación de la Agencia Española de Supervisión de la IA son hitos que buscan consolidar un ecosistema nacional robusto.
Sin embargo, la brecha entre el impulso institucional y la realidad empresarial se mantiene. Solo el 2% de las empresas cuenta con especialistas en IA, y en el caso de las microempresas, esta cifra cae al 0,2%. Además, muchas compañías optan por soluciones comerciales listas para usar (45,8%), lo que apunta a un enfoque todavía táctico más que estratégico.
El informe también permite comparar el desempeño de España con otros países de la OCDE y la UE. Corea del Sur, Dinamarca y Suecia están a la cabeza en términos de adopción. España, aunque mejora respecto a años anteriores, aún necesita acelerar su ritmo si quiere alcanzar el objetivo europeo del 75% de empresas usando IA, análisis de datos o computación en la nube para 2030. Actualmente, este indicador se sitúa en el 55,7% en nuestro país.
En definitiva, la IA en España vive un momento clave. El potencial está ahí: existen herramientas, hay inversión creciente (aunque irregular), y el respaldo institucional es claro. Ahora el desafío es trasladar ese impulso al tejido empresarial, especialmente a las pymes, dotándolas de conocimiento, confianza y recursos para hacer de la inteligencia artificial no solo una ventaja competitiva, sino una realidad cotidiana.