El sector sanitario se encuentra en una encrucijada tecnológica. Mientras que la adopción de soluciones digitales como la inteligencia artificial (IA), la telemedicina y los dispositivos IoT avanza con rapidez, muchas organizaciones continúan enfrentando barreras estructurales derivadas de sistemas legacy obsoletos y brechas de seguridad, que impiden extraer el valor real de estas tecnologías. El reciente informe de SOTI «El dilema digital en salud. La presión para innovar y los riesgos silenciosos» brinda una radiografía precisa del sector y apunta que sin una modernización profunda de los entornos TI, la innovación seguirá limitada.
Puntos críticos: tecnología obsoleta y ciberseguridad
Uno de los datos más reveladores es el crecimiento del uso de la IA en la atención clínica: el 81 % de las organizaciones ya la implementa, frente al 61 % en 2024. Sus usos abarcan desde la automatización administrativa hasta la personalización de tratamientos y el análisis predictivo. No obstante, esta evolución tecnológica convive con una infraestructura obsoleta: el 97 % de las organizaciones sigue dependiendo de sistemas legacy, y apenas el 36 % ha implementado medidas de seguridad específicas para IA, lo que deja un amplio margen de riesgo en la gestión de datos sensibles.
Para los responsables de TI, esta brecha supone un riesgo operativo y reputacional significativo. El desafío no radica exclusivamente en adoptar nuevas soluciones, sino en integrarlas de manera efectiva dentro de entornos heredados que, en muchos casos, son incompatibles con la innovación. El 96 % de los líderes de TI encuestados admite tener problemas con la implementación de dispositivos IoT o de telemedicina, debido principalmente a la falta de interoperabilidad y conectividad en tiempo real.
El informe destaca que los sistemas heredados son también responsables de gran parte de las vulnerabilidades en ciberseguridad. Desde 2023, el 83 % de las organizaciones sanitarias ha sufrido violaciones de datos o ataques de ransomware, muchas veces debido a que la tecnología existente no permite detectar dispositivos no autorizados ni gestionar accesos de forma granular. Más allá del daño reputacional o financiero, estos fallos impactan directamente en la calidad de la atención, con tiempos de inactividad que llegan a 3,9 horas semanales por empleado, afectando la continuidad asistencial.
Gestión de la Movilidad Empresarial
Otro punto crítico identificado es la gestión de dispositivos móviles. Con un ecosistema creciente de smartphones, tabletas, lectores RFID y estaciones móviles de trabajo, las soluciones tradicionales de MDM (Mobile Device Management) han quedado cortas. El 47 % de los responsables de TI considera que estas herramientas son vitales para resolver incidencias remotamente, pero muchas no ofrecen capacidades avanzadas como mantenimiento predictivo, análisis en tiempo real o automatización de políticas de seguridad.
La evolución natural es avanzar hacia una Gestión de la Movilidad Empresarial (GME), que permita consolidar visibilidad, control y análisis, sobre todo, el entorno digital sanitario. Este enfoque no solo mejora la eficiencia operativa, sino que libera a los equipos TI de tareas reactivas, permitiéndoles enfocarse en proyectos estratégicos como la implementación de RME interoperables, el despliegue seguro de IA o el cumplimiento normativo (como RGPD o EHDS).
Además, el informe pone en evidencia un problema crónico de sostenibilidad: el 40 % de las organizaciones reemplaza dispositivos cuando hay nuevos modelos disponibles, lo que, sin una estrategia de ciclo de vida bien gestionada, incrementa los costos y los riesgos de fuga de datos. Urge una estrategia de modernización tecnológica que considere no solo la adquisición de nuevas herramientas, sino una revisión profunda de las arquitecturas TI existentes. La inversión debe orientarse a integrar plataformas seguras, escalables y capaces de adaptarse a un entorno clínico cada vez más digitalizado. Además, la TI sanitaria necesita migrar hacia modelos de gestión basados en telemetría, estado de batería y uso real para optimizar la inversión en hardware y reducir el impacto ambiental.
Avance hacia una atención más inteligente conectada y segura
La inteligencia artificial, combinada con una gestión eficiente de la movilidad y una infraestructura TI moderna, puede liberar al personal sanitario de tareas repetitivas, mejorar la toma de decisiones y, en última instancia, salvar vidas. No se trata solo de innovar, sino de hacerlo con visión sistémica y compromiso con la seguridad y la eficiencia.
Se plantea en el momento actual una oportunidad inmejorable para que las organizaciones sanitarias, con el acompañamiento de socios tecnológicos estratégicos, avancen hacia una atención más inteligente, conectada, humana, segura y resilente en la era digital.